lunes, 4 de noviembre de 2013

Obras póstumas, derechos de autor y literatura universal...


La última premio Nobel de literatura, Alice Munro, ha manifestado en repetidas ocasiones su voluntad de que, a su muerte, sus escritos inéditos sean destruidos. Y es perfectamente legítimo: el primer derecho moral de un autor es decidir si su obra ha de ser divulgada y de qué forma (art. 14.1º de la Ley de Propiedad Intelectual).

Menos mal que el buen Max Brod, albacea testamentario de Franz Kafka, ignoró el idéntico deseo del genial autor de Praga, y a su muerte procedió a publicar sus escritos inéditos, que eran casi todos. Sin esa licencia, contraria a la voluntad de Kafka, la literatura universal se habría perdido obras magistrales como La Metamorfosis o El Proceso.

Como se ve, no siempre es oportuno respetar los derechos de autor... ;-)

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